Esta es una decisión muy importante para mejorar la estética de la sonrisa y la salud de los dientes.

Antes de colocarse brackets es necesario tomar en cuenta ciertos aspectos, a fin de garantizar el éxito del tratamiento

– A continuación te brindamos 6 recomendaciones previas para tener en cuenta:

1) El paciente deberá realizarse un estudio de ortodoncia que consiste en un análisis cefalométrico, radiografía panorámica, fotografías extraorales e intraorales y toma de impresiones. Con todas estas pruebas, el especialista podrá analizar el caso y recomendar el tratamiento más adecuado.

2) Todos los dientes deben estar sanos y sin caries.

3) Las muelas del juicio impactadas deben extraerse.

4) Hay que analizar el tipo de brackets a colocar: metálicos (son los más económicos y muy resistentes), estéticos (resina, cerámicos, zafiro son costosos y delicados); linguales (se colocan en las caras posteriores de los dientes) y autoligables (no usan ligas. Las citas son cada dos meses). Ventajas y desventajas.

5) Saber que durante el tiempo que dure el tratamiento no podrá comer alimentos duros y que sentirá dolor los dos días siguientes cuando se ajusten las ligas.

6) La higiene oral debe ser muy minuciosa: usar interprox, hilo dental y cepillos especiales. Es fundamental cepillarse los dientes tres veces al día, en especial, en las noches. Usar enjuagatorios exclusivos para ortodoncia, disminuir la ingesta de azúcar, utilizar cepillo en V e hilo dental.

Existen algunas formas de saber si necesitas brackets, si presentas alguno de estos síntomas, lo mejor es acudir con un especialista a que te valore:

– Dientes mal alineados
– Espacios muy grandes entre los dientes (diastemas)
– Dientes ausentes
– Dientes con desgastes
– Dolor en la articulación temporo mandibular
– Problemas para abrir o cerrar
– Disarmonía entre los huesos maxilares (mandíbula o maxilar superior con sobrecrecimiento)

Realmente la mejor manera se saber si necesitas brackets es acudir con un ortodoncista, quién evaluará tu situación y determinará cuál es el mejor tratamiento para ti.

El especialista al que acudas determinará el tiempo que debes usar los brackets. Un tratamiento de ortodoncia puede durar entre uno y tres años, aunque algunas malas posiciones dentales pueden corregirse en solo unos meses.

Los brackets se pueden colocar a partir de los 10 u 11 años, cuando los dientes permanentes ya están en boca. La duración del tratamiento depende de cada paciente. Cuando es leve 12 meses, moderado 24 meses y severo más de 24 meses.

Como los tejidos adyacentes al diente (hueso, ligamentos y músculos) tienen memoria, las piezas tienden a regresar a su antigua posición, por eso es muy importante usar aparatos de contención por algún tiempo. Estos pueden ser fijos, removibles o férulas.

– Tenga en cuenta

Las personas que no desean brackets pueden optar por: carillas dentales, coronas o prótesis.
Ortopedia: paladares, férulas, no son muy eficientes y solo se usan en casos leves.
Invisaling: férula transparente, solo se usa en casos leves.

Aquí te explicamos algunas de las razones por las cuales te aconsejamos no faltar a tus citas.

1) Si faltas a tus citas, se puede incrementar el tiempo total del tratamiento de ortodoncia. A la larga, perder citas podría costarte estar más tiempo con brackets.

2) También es necesario asistir puntualmente a las citas asignadas, ya que el tiempo que se tiene calculado para tu cita es el justo para realizar el trabajo correspondiente, así como los cambios previstos en tu aparato.

3) Los tratamientos de ortodoncia se basan en ejercer fuerza para que se muevan tus dientes. Cuanto más tiempo pase del previsto por los doctores, esa fuerza prolongada podría provocarte efectos no controlados, que precisan sean revisados por los doctores.

4) También te puede ocurrir que lleves algún bracket suelto o el arco fuera del bracket y no te hayas dado cuenta, y al no revisarlo en el tiempo previsto el aparato no esté trabajando como esperamos para ir avanzando en tu tratamiento.

5) Otra de las complicaciones que surgen al no acudir a tus citas es lograr encontrar otra cita en la agenda de las características que necesitas: tiempo de cita, día de la semana que te viene bien, el horario de tu cita, si tu cita es con el doctor o la doctora, etc… Esto es debido a que como las citas suelen ser en periodos de entre 4 y 7 semanas, cuando no acudes a tu cita es muy difícil combinar otra cita en nuestra agenda que cumpla todos los requisitos de la tuya, a no ser que retrasemos 4 semanas tu cita, o que con suerte haya algún paciente que anule la suya y a ti te venga bien ese día y esa hora.

Los brackets son pequeños arquitos de alambre que se deslizan sobre unos soportes metálicos, ubicados en cada diente, con el fin de que a través de los ángulos de inclinación y torsión, el bracket transmita esta fuerza a la pieza dental, moviéndola a su posición ideal.

Imagínate una plantita que está creciendo con una leve inclinación. Para que crezca derechita, usualmente le ponen un palito de madera a un lado y atan su tallo a éste para que modifique su crecimiento, es este un ejemplo burdo pero fácil de cómo funcionan los brackets.

Como tal, la aplicación de los brackets no es dolorosa, sin embargo puede ser que los días posteriores, tengas alguna incomodidad debido a que los movimientos que realizan los brackets en tus piezas dentales, es normal que sientas dolor en los dientes o que tengas sensibilidad al comer. También puede ser que sientas alguna rozadura en tus labios o en el interior de la boca, causada por los brackets metálicos.

Cuando se desea tener una buena estética dental en el sector anterior, ya sea porque no le guste el color o la forma de sus dientes y se quiere mejorar la sonrisa, se encuentra la opción de las carillas dentales o carillas estéticas.

Las carillas dentales son un tipo de tratamiento de la odontología estética. Estas son definidas como una capa fina que se fija de forma definitiva en la superficie vestibular de los dientes anteriores, para mejorar el aspecto de estos y de la sonrisa.

Existen diferentes tipos de carillas dentales o estéticas, entre ellas están las carillas de porcelana, de composite o las microcarillas.

Se trata de una opción de tratamiento que requiere poca nula, en algunos casos, mutilación dental. De modo que este tratamiento dental puede englobarse dentro de la odontología mínimamente invasiva.

Las carillas dentales tienen muchos beneficios y ventajas. Al tratarse de unas capas finas que se colocan en la superficie vestibular de los dientes anteriores, proporcionan un aspecto muy natural y bonito del diente, devolviéndole a este un brillo natural gracias a su material por excelencia: la porcelana.

– Las carillas dentales pueden estar hechas de varios materiales, como la porcelana o las resinas compuesta. Ambos materiales se tratan de un tipo de materiales llamados biocompatibles, ya que son muy bien tolerados por los tejidos dentales y no dentales, como por ejemplo la encía.

– Gracias a las carillas dentales se puede corrigen alteraciones de forma, color y tamaño de los dientes. Se puede mejorar el color de los dientes y tratar alteraciones de coloración dental como las manchas de antibiótico de tetraciclina. La forma de los dientes puede ser corregida mediante a las carillas dentales, siendo estas un tratamiento alternativo a la ortodoncia cuando existe una malposición leve de los dientes. Además, el tamaño de los dientes puede ser mejorado y modificado gracias a las carillas dentales.

A continuación te ofrecemos una lista de esos alimentos que es mejor evitar para mantener los dientes blancos:

– Café: al igual que el té, contiene taninos, y como otras bebidas de color oscuro puede originar manchas permanentes. En caso de optar por el té, es mejor escoger el blanco o el verde, en vez del té negro.

– Vino: el vino tinto también es un gran enemigo de nuestra dentadura porque, además de contener cromógenos y taninos, también tiene un alto nivel de acidez, que erosiona el esmalte, por lo que es más fácil que los pigmentos se filtren y oscurezcan los dientes. Cuidado también con el vino blanco, porque a pesar de su color claro es igualmente ácido y rico en taninos.

– Frutas y verduras: las de color oscuro también pueden manchar los dientes, y el ácido de los cítricos, además, estropea el esmalte.

– Bebidas de cola y zumos de frutas envasados: los jugos de frutos rojos –como los de mora o arándanos– que tienen un color muy intenso, o los que contienen cítricos, también provocan manchas. Lo mismo ocurre con las bebidas de cola, cuyos colorantes afectan a la dentadura.

– Salsas y condimentos: como la salsa de soja o la de tomate, el vinagre balsámico o el curry.

– Frutas y verduras: en general, este es el caso de las frutas y verduras duras y fibrosas, como la manzana, la zanahoria, la lechuga o el apio.

– Productos lácteos: leche, queso, yogures naturales. El queso curado está especialmente recomendado y se puede tomar de postre porque aumenta la cantidad de saliva –contrarrestando la acción de los ácidos–, y contiene calcio –imprescindible para la salud ósea– y caseína, una proteína láctea que previene la desmineralización.

– Alimentos sin color: son los que se recomienda incluir en la dieta tras un tratamiento de blanqueamiento dental, precisamente porque no manchan los dientes: arroz blanco, carnes y pescados blancos, lácteos, pasta (con salsas claras, como nata o bechamel), chocolate blanco

– Chicles sin azúcar: masticar chicle sin azúcar puede ser una buena alternativa si no es posible cepillarse los dientes tras una comida. Los edulcorantes artificiales no perjudican la salud bucodental, y al masticar el chicle se estimula la producción de saliva, lo que contribuye a eliminar los restos de alimentos y a prevenir la aparición de caries.

El blanqueamiento dental consiste en aclarar el color de uno o varios dientes para mostrar una sonrisa más atractiva. Te explicamos las diferentes técnicas disponibles para que puedas escoger la más adecuada para ti

El blanqueamiento dental es una técnica que consiste en aclarar el color de uno o varios dientes para conseguir que su aspecto sea más atractivo. Por lo tanto, se trata de un procedimiento estético

El blanqueamiento dental es una técnica que consiste en aclarar el color de uno o varios dientes para conseguir que su aspecto sea más atractivo. Por lo tanto, se trata de un procedimiento estético.

El blanqueamiento dental está indicado en los siguientes casos:

– Cuando el diente se oscurece a causa del envejecimiento.
– En los dientes con manchas provocadas por la ingesta de alimentos con muchos pigmentos (té, café… o por fumar).
– Fluorosis dental (un exceso de flúor es el origen de las manchas dentales).
– Calcificación pulpar o dientes endodonciados incorrectamente.
– Manchas causadas por el consumo de ciertos medicamentos, como la tetraciclina.
– Dentinogénesis imperfecta (alteración genética en el desarrollo de los dientes, que produce cambios en la estructura y el color de los mismos).

El blanqueamiento dental está contraindicado en las siguientes situaciones:

– Pacientes con un mal estado periodontal que no ha sido tratado.
– Cuando los dientes tienen restauraciones extensas en áreas visibles.
– Exposición radicular.
– Hipersensibilidad dental severa.
– Mal estado de los dientes: caries, grietas o fisuras, pérdida importante de esmalte, etcétera.
– Menores de 18 años.
– Mujeres embarazadas.
– Personas alérgicas a perióxidos.

Según la vitalidad del diente se puede clasificar el blanqueamiento dental en:

– Blanqueamiento dental interno: se realiza en dientes no vitales y que han sido tratados endodóncicamente. La alteración en el color del diente tiene su origen en la cámara pulpar.

– Blanqueamiento dental externo: se realiza en dientes vitales. La alteración del color del diente tiene un origen extrínseco.